Las operaciones

Desde 1843, el observatorio de Valparaíso funcionó como un lugar dedicado a observar el cielo y medir el tiempo. El primer paso que siguió Juan para instalar el observatorio fue la determinación de un meridiano: una línea imaginaria de norte a sur que guió el diseño del edificio y la ubicación del telescopio de tránsito. Las funciones del observatorio combinaban el tiempo horológico, calculado con precisión al observar estrellas que cruzaban el meridiano, y el tiempo meteorológico, registrado mediante instrumentos que medían temperatura, presión, lluvia y viento. ¿Revisamos los instrumentos con los que trabajaba Juan?

El Observatorio

La Relojería

Meridiano

Conoce los instrumentos con los que trabajaba juan

El Tránsito

El telescopio de tránsito era el instrumento principal del observatorio. Juan lo usaba para observar el paso exacto de una estrella por el meridiano y calcular la hora local. Para registrar ese momento con precisión, utilizaba un reloj sideral: un reloj ajustado al movimiento diario de las estrellas, no al del Sol. Ambos instrumentos trabajaban en conjunto para medir el tiempo astronómico. Antes de cada observación, Juan también revisaba las condiciones del clima, ya que el aire podía afectar lo que se veía. Observar era un trabajo delicado, que exigía paciencia, práctica y concentración. ¿Te animas a intentarlo con Juan?
¿Comenzamos la observación? Imagina que te sientas frente al telescopio, con el cuerpo y la mente atentos, alineados con el instrumento. Acercas tu ojo al ocular. Afuera, la noche es profunda. No hay ruidos, solo el crujido del edificio y el tic-tac constante del reloj sideral. El aire es frío, pero tu concentración lo ignora. Respiras hondo para no parpadear. No puedes perderte el momento justo, aunque el tiempo parece estirarse mientras esperas que la estrella cruce la línea. Tu oído mientras tanto sigue el reloj. Tu cuerpo y mente se vuelven parte del telescopio. ¿Puedes mantener la atención? Así observaba Juan. Difícil, ¿cierto? El telescopio de tránsito era el instrumento principal del observatorio. Juan lo usaba para observar el paso exacto de una estrella por el meridiano y calcular la hora local. Para registrar ese momento con precisión, utilizaba un reloj sideral: un reloj ajustado al movimiento diario de las estrellas, no al del Sol. Ambos instrumentos trabajaban en conjunto para medir el tiempo astronómico. Antes de cada observación, Juan también revisaba las condiciones del clima, ya que el aire podía afectar lo que se veía. Observar era un trabajo delicado, que exigía paciencia, práctica y concentración. ¿Te animas a intentarlo con Juan?

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